sábado, 22 de marzo de 2008

EtErNaMeNtE

No me mires mientras las letras corren
vacías de tus besos, llenas de dolor.
Te escribo para no llamarte en sueños
recurso cruel de la cobardía innata.
Cierra tu boca si no vas a besarme
mira a otro lado que aún siento el sollozo
apretándome la garganta sin piedad
con las uñas moradas de tu desprecio.
Y no, no digas distancia que me muero...
No traigas más tu corona de barro
que la luna coquetea con tus ojos
y los celos me convierten en un duende.
Quisiera estremecerme de lujuria
ahora, que los pasillos son abismos
y amarte es un delito excarcelable
porque las horas se duermen asustadas.
¿Sabes? He sido injusta algunas veces,
admito mi as en la manga tajante
asumo mi posición de pobre orgullo
al palidecer por una palabra.
Corazón traidor, se ha salido de los planes
cuando tu boca apretó mi deseo
y las alas desplegaron en tus brazos
taciturnas y atolondradas palomas.
Feroz, me rompe el alma de nuevo
recordar que con una treta vil me atreví
y te amé cuando rozaste mi espalda
aquella mañana de julio perdido.
No me mires que siento pena también,
y no puedo ocultar mi desesperación
que se ha hecho temblor en las manos
ahora que vienes a buscarme...

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